Sunday, June 27, 2010

Érase una vez en Gonzalitos...

A veces se hace preciso caminar por todo Pino Súarez, a paso lento para disfrutar el espectáculo de oficinistas apurados, derramando el café sobre la banqueta, siempre a las nueve y cuarto va a pasar un invidente y dará vuelta en Hidalgo, y así seguirlo hasta la Gandhi donde porqué no, un café y algún buen libro, siempre hay tiempo para un buen libro, al salir el sol habrá arreciado pero hay que seguir todo el itinerario, el rito, mirar el tráfico devorar la tranquilidad de alguna calle secreta del Obispado, y cuando se llega a Gonzalitos no se puede más que prender un cigarro y contemplar al mundo desde la torre más alta...

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