Wednesday, July 14, 2010

Borges y la ceguera

Se dice que Borges leía con la avidez de quien se sabe condenado a la peor desgracia: amando las letras por sobre todas las cosas su padre le heredó además del amor por estas una cruz aciaga, una ceguera progresiva y hereditaria que algún día tomaría el lugar de la luz. Así, Georgie desde pequeño sabía que cada minuto era una carrera contra las tinieblas que se apoderarían de su él tarde o temprano.

En su logradísimo Poema de los dones, un Borges humorístico, irónico (quizás autonombrándose Dios en cuanto a creador de su propio cosmos) escribe:

Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.


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