Mar adentro es la película de un hombre lleno de vida que paradójicamente se quiere morir.
Pero no sólo están ellos. Está Manola, la cuñada abnegada que ha cuidado de Ramón desde el principio de la catástrofe. Está por ejemplo su hermano, que se opone rotundamente al intento de Ramón de acabar con su vida. Está también su padre que sufre en silencio y su sobrino que como cualquier adolescente parece estar más ocupado de sus cosas.
Con esta ensalada de personajes, Amenábar y sus actores (Bardem excelente) tejen una trama de motivaciones, anhelos y frustraciones que giran en torno al problema principal de la película: La eutanasia y sus implicaciones.
Aquí es donde entra verdaderamente en materia la cinta, al confrontarnos a nosotros mismos con nuestros tabúes y nuestro supuesto sentido del bien y del mal. ¿Está bien ayudar a alguien a quitarse la vida? La eutanasia aboga por la dignidad humana y la libertad de un enfermo terminal o incurable para decidir si quiere poner fin a su vida (entiéndase, a su sufrimiento). ¿Es que de verdad tenemos derecho a juzgar a los quieren morirse? Para mucha gente en condiciones de vida francamente dolorosas la respuesta parece ser muy clara. Y es que como dice Ramón Sampedro: “vivir es un derecho, no una obligación”.
Muy recomendable cinta reconocida por la Academia con el Óscar para Almenábar y su equipo como mejor película extranjera.
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